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terça-feira, maio 13, 2008

"Hijos del 68" 

[1230] - Son las seis de la tarde de un día de marzo de 2008. El grupo de teatro aficionado “Hijos del 68” prepara un nuevo texto, escrito por los propios actores y titulado Ya nadie grita.



"Escena 1ª



Año 2008. Un hombre maduro y un joven discuten en un bar alrededor de una cerveza.

- Y dime, muchacho. ¿Qué época te hubiese gustado vivir?
- Pues yo, el mayo del 68.
- ¿Para tirar piedras a la policía? ¿Para entregarte al amor libre con esa pandilla de melenudos? ¿Para holgazanear por ahí?
- Disculpe, pero creo que desconoce el significado real, o al menos uno de ellos, del mayo del 68. Aunque quizás debería decir del 68 de México, del 68 de Praga y del 68 de París. Para empezar, lo que ocurrió en el 68 fue posiblemente la única revolución, si es que se puede llamar así, que no obtuvo repercusiones institucionales, pero sí sociales y de costumbres hasta el punto de moldear lo que hoy es la sociedad actual. Yo soy hijo del 68. Y respondiendo a sus preguntas: no creo en la violencia, ni siquiera la institucional, que hay por ahí mucho policía violento. El amor libre es siempre mejor que la guerra, incluso las preventivas, que no existen. ¿Una guerra se previene con otra guerra? Vaya majadería. Y respecto a holgazanear… ¿Sabe qué dijo Antonio Buero Vallejo sobre la pereza?
- Bien, muchacho, “El tragaluz”. ¿Qué decía el bueno de Buero Vallejo?
- Decía que “La pereza es el más bello de todos los vicios”. A mí me suena a las frases de William Blake del tipo, “el camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría”. Suenan exquisitas en voz de ellos, pero si le digo a mi jefe o a mi padre algo así, es muy posible que me lleve una patada en el culo…
- Efectivamente. Así debe ser y así les ocurrió a todos aquellos comunistas del 68…
- Vuelve a errar. ¿Sabe que una de las consignas del 68 de aquellos estudiantes franceses era, Je suis marxiste tendance Groucho? Pero insisto, señor, que todo aquel movimiento poco o nada tuvo que ver con tendencias políticas.
- ¿Y qué hacían todas aquellas banderas comunistas?
- Aquellos jóvenes sólo pedían un cambio. ¿Qué importaba toda aquella bonanza económica si la gente era infeliz? La bandera comunista era una forma de canalizar un descontento de una sociedad tan rica como pobre, tan aburrida como estable. El hecho es que el mayo del 68 generó nuevas formas de comunismo, alejadas del estalinismo y que, en realidad, conectaban mucho mejor con “el socialismo de rostro humano” que gritaba la población de Praga a los tanques soviéticos. Y el comunismo, como el anarquismo, no son malos en sí mismos. Proceden del humanismo, de Rousseau… No sé…
- Muy bien, minúsculo sabihondo. Hoy, la riqueza es mayor que en el 68, los jóvenes tienen más posibilidades que nunca, Occidente nada en una abundancia jamás conocida en la historia. Muchísimo más que aquellos jóvenes de hace 40 años. Pero ahora nadie se pone a levantar barricadas. ¿Y qué demuestra todo eso? Que aquellos del 68 eran unos niños de papá con ganas de divertirse.
- Creo que no, señor. Tiene razón en que ahora, en Occidente, se vive mejor que nunca, pero vivimos anestesiados en el consumo. Y lo peor es que esa anestesia es tan efectiva para usted como para mí. Ya nadie grita. En el 68 se quería evolucionar, decir a aquellos padres, “de acuerdo, habéis tenido vuestro momento, sufristeis la guerra y la posguerra; pero ahora dejadnos vivir, hacedlo con nosotros…”. Creo que había cierta conciencia de grupo, un deseo de evolución social de la especie. Ahora sólo hay una fractura, un océano de bits, unos y ceros que separa a unos de otros. Hoy nadie quiere caminar de la mano… Ya nadie grita…


Fin de la primera escena”.




La obra nunca llegó a representarse. El grupo “Hijos del 68” desapareció dos meses después de este ensayo. Fue en mayo de 2008.

[in Crossroads]

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